Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío, por ser Vos quien sois, porque os
amo y estimo sobre todas las cosas. A mí me pesa, Señor, pésame en el alma de haberos ofendido y no haberos amado; propongo, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados, y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad, piedad y misericordia infinitas, que me los perdonaréis y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo
servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
Oración inicial para todos los días
Dios y Señor mío que enriquecisteis con tantas y con tan abundantes virtudes a la
Bienaventurada Virgen Santa Marta, la que conociendo a vuestro hijo Jesús como el Mesías verdadero abrazando gustosamente su doctrina y practicando con fidelidad tus celestiales lecciones, llegó
en poco tiempo a la santidad más elevada, os suplico Señor que por los merecimientos del mismo Jesús , nuestro Redentor y por la intercesión de la gloriosa Santa, nos concedáis los auxilios que
necesitamos para acertar en agradaros en todas las acciones de esta vida y gozar después eternamente vuestra presencia en la gloria mereciendo ahora alcanzar la gracia que solicitamos en esta
novena. Amén.
Día primero
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que oyendo los elogios que hacía el Señor de la virginidad y practicando esta admirable virtud,
determinaste no admitir otro esposo que el esposo de la Vírgenes y renunciando a las vanidades del mundo, te dedicaste a la soledad del retiro, con lo que llegaste en muy breve a la perfección
evangélica; te suplico Santa admirable, que por los auxilios de tu meditación vivamos todos con pureza y castidad en el alma y el cuerpo, aborreciendo las vanidades y riquezas de este mundo
materialista, para que así, nos hagamos dignos de la eterna bienaventuranza.
También imploro Santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que ahora solicito, si conviene para el bien y provecho de mi alma, y si no, vos como
abogada mía, enderezad y rectificad mis pensamientos a mayor servicio de Dios. Alcanzadme una meritoria conformidad y resignación en su Santísima Voluntad. Amén.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo del amor a Dios y como les ha servido.
Oración.¡Oh Santa Patrona mucho habéis
aprendido de las enseñanzas de nuestro Divino Maestro, vuestra diligencia no se ha menguado sino más bien lo juntasteis con la mansedumbre y humildad de vuestro corazón. Por esta gracia que le
concedió Nuestro Señor, interceded por nosotros pidiendo la gracia abundante para que podamos servirle más y más en esta vida y gozarle en la otra. Amén.
DÍA PRIMERO
Santa Marta gloriosa, que, llena de humildad, hiciste saber a Jesús, en unión con tu santa hermana María Magdalena la enfermedad de Lázaro vuestro hermano, con este mensaje: “Señor, mira que
aquel que tu amas esta enfermo”; infunde en mi alma sentimientos de humildad y de filial confianza en la Providencia de Dios, para que merezca como tu la gracia que por tu mediación solicito.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye
mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus labios aquellas
memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce protectora mía,
que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en camino hacia la
eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los
que os invocamos y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.
Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a
vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día segundo
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que al mismo tiempo que hacías pública profesión de la más ajustada y ejemplar virtud, padecía tu
corazón las mayores aflicciones y penas al ver que tu hermana María Magdalena entre perfumes, galas y joyas, se hacía llevar de su inclinación a los abismos del orgullo y vanidad mundana, se
había hecho escándalo público de toda la provincia sin que hubiera bastado tu anhelante esmero, lecciones y ejemplos para inspirarle temor de Dios, que por fin oyendo benignamente al Hijo de
Dios, los clamores y ruegos que con Lázaro dirigías incesantemente a su piedad por la salvación de una hermana de vida tan licenciosa y perdida, movió el corazón de aquella insigne pecadora y con
perfecta conversión y maravillosa mudanza de vida, llenó el tuyo de inexplicable gozo y alegría.
Comunicad piadosa Santa, nuestros ruegos al Señor a favor de todos los infelices pecadores, para que ayudados con sus Divinos Auxilios imitemos a la Magdalena en la enmienda, aborrecimiento,
dolor y penitencia de nuestros pecados, también imploro santa mía, vuestra intercesión, para que la majestad Divina me conceda el favor particular que solicito si conviene para el bien de mi
alma, y si no vos, como abogada mía enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén.
(Rezar Padrenuestros, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar como has velado por la honra de Dios. Oración.Rogad a Dios, dulce Patrona nuestra,
que seamos fieles en el desempeño de nuestros deberes cristianos, celosos en velar por la honra de Dios y así obtengamos después de todo una santa muerte. Amén.
DÍA SEGUNDO
Santa Marta gloriosa, que con tus palabras llenas de fe y esperanza en el poder de Jesús, ausente en la muerte de tu hermano Lázaro: “Señor, si hubieses estado aquí no hubiera muerto mi hermano”,
conmoviste el corazón del divino Maestro, y oíste de sus labios aquella promesa: “Tu hermano resucitará”, obtén para mi esta fe ciega en el poder de Dios y esta confianza en su bondad infinita,
que me hagan merecedor de la gracia que por tus ruegos solicito.
Jaculatoria: Señor, por la gratitud de tu Corazón divino a los caritativos moradores de la casa de Betania, Lázaro, Marta y María Magdalena, oye
mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus labios aquellas
memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce protectora mía,
que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en camino hacia la
eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los
que os invocamos y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.
Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a
vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día tercero
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que habiendo enfermado, y muerto tu hermano Lázaro y habiendo Jesús llegado a tu casa después de
cuatro días de sepultado, apenas le viste cuando bañada en llanto y llena de fe más viva, le dijiste: “Señor, si hubieses estado aquí no hubiera muerto mi hermano, pero no desconfío de verlo
resucitado porque sé que Dios no te puede negar lo que le pides”. Y en efecto, movido el Señor de tus lágrimas y las de María Magdalena, premió tu amorosa confianza restituyendo la vida a tu
hermano. Te ruego pues dichosa Santa que amoldes y dispongas nuestros corazones de manera que recurriendo a ejemplo tuyo en todas nuestras penalidades y trabajos a Jesús, con la fe, confianza y
pureza necesarias, merezcamos sus Divinos Socorros y consuelos para que remedien nuestras necesidades y miserias.
También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que ahora solicito, si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía,
enderezad mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre la Oración. Oración. Gloriosa Santa, por vuestra
diligencia en la oración y dulces coloquios con Dios alcánzanos de El la gracia de ser fervientes en la oración y constantes en el ejercicio de la virtud. Amén.
DÍA TERCERO
Santa Marta gloriosa, que oíste de labios de Jesús aquellas palabras: “Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en mí, aunque hubiere muerto vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi no
morirá para siempre. ¿Crees tu esto?”, y tu llena de fe y perseverando en tu petición, le respondiste: “Oh, Señor, si que lo creo, y que tu eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo que has venido a
este mundo”; alcánzame del divino Maestro fervor y constancia en mi oración, para así merecer la gracia que solicito.
Jaculatoria: Señor, por tus lagrimas de compasión derramadas en Betania ante el sepulcro de Lázaro y por el milagro de su resurrección, obrado por ti como respuesta a las súplicas de sus santas
hermanas Marta y María Magdalena, concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo, óyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día cuarto
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que siguiendo constantemente los pasos de tu Divino Maestro, no lo quisiste perder de vista, sobre
todo durante el tiempo de su pasión, sintiendo y llorando amargamente todos los tormentos y afrentas hasta verlo morir clavado con ignominia en la cruz. Te suplico, ¡oh dulce Santa!, que por tu
intermedio logremos las gracias celestiales que necesitamos obtener para seguir con confianza los caminos de Jesús y para fijar nuestro espíritu en la contemplación de su pasión dolorosa, para
que de este modo consigamos algún día celebrar los triunfos de su gloria en el cielo.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma, y si no, vos como abogada mía, enderezad
mis peticiones al mayor servicio de Dios alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre ayuno y padecimientos. Oración. Ruega por nosotros, Patrona
nuestra, que Dios ilumine nuestro entendimiento, y nos conserve de las falsas doctrinas que el mundo propaga contra la Santa Iglesia de Dios. Queremos las enseñanzas de Jesucristo, las mismas que
seguisteis y os empeñasteis a que otros las conozcan, tras grandes sacrificios, para que seamos dignos merecedores de la gloria eterna en el cielo. Amén.
DÍA CUARTO
Oración. Ruega por nosotros, Patrona nuestra, que Dios ilumine nuestro entendimiento, y nos conserve de las falsas
doctrinas que el mundo propaga contra la Santa Iglesia de Dios. Queremos las enseñanzas de Jesucristo, las mismas que seguisteis y os empeñasteis a que otros las conozcan, tras grandes
sacrificios, para que seamos dignos merecedores de la gloria eterna en el cielo. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y
haced que los que os invocamos y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.
Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y por cuya virtud venciste al dragón
infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta conseguir como tu la victoria
final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día quinto
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que luego que los piadosos varones bajaron de la cruz al adorable cuerpo del Salvador, y después de
haber presenciado y acompañado con tus tristes lamentos y abundantes lágrimas el insondable dolor de María Santísima al ver a su Divino Hijo muerto, ensangrentado, y desfigurado en sus amorosos
brazos, concurriste con María Magdalena y otras piadosas personas, a rendir a aquel sagrado cadáver los últimos honores, dándole decente sepultura, con la mayor veneración te suplico poderosa
Santa, nos alcances del Señor la gracia de que penetrados de un verdadero dolor y arrepentimiento de nuestros pecados, aceptemos acompañar a Jesús y María digna y espiritualmente en sus dolores,
para alabar y bendecir después sus misericordias en la patria celestial.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad
mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre el amor y caridad al prójimo. Oración. Amable Patrona nuestra y
obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para
con los indigentes, máxime para los que con la pobreza peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad. Amén.
DÍA QUINTO
Oración. Amable Patrona nuestra y obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal
practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para con los indigentes, máxime para los que con la pobreza
peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día sexto
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra que después de sepultado Nuestro Divino Redentor no te apartaste de su afligida Madre, sino que
acompañándola en su soledad y aliviando cuanto era posible su tristeza y amargura, te mostraste cada vez más fervorosa amante de esta Señora. Te suplico Santa amable que por estar tan cercana de
esta Divina Reina, inclines su maternal corazón a nuestro favor, excitando en nuestros corazones las más fervorosa devoción a sus dolores para que amparados en su soberana protección, lleguemos
felizmente a la gloria del cielo.
También imploro Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad
mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre la humildad. Oración. Gloriosa Patrona, por la
humildad que llevasteis hasta llegar a tan alta perfección, rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de
lágrimas. Esperamos de vuestro valimiento esta gracia para que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
DÍA SEXTO
Oración. Gloriosa Patrona, por la humildad que llevasteis hasta llegar a tan alta perfección,
rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de lágrimas. Esperamos de vuestro valimiento esta gracia para
que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día séptimo
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que mereciste la gran dicha y gozaste de la dulce alegría de estar entre las primeras personas que
vieron al Señor después de su triunfante resurrección, asistiendo a sus instrucciones y recibiendo cada día nuevas gracias y favores y luego que subió a los cielos no te apartaste del lado de la
Santísima Virgen hasta la venida del Espíritu Santo, cuyos dones recibiste en el Cenáculo. Te suplico amada Santa, que por tu mediación nos hagamos dignos de la consoladora presencia de Jesús en
nuestras almas para que inundadas de sus gracias merezcamos alabarlo por toda la eternidad en el cielo.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad
mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad. Amén.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre la Pureza. Oración. Ayudadnos, Santa Marta, contra
las asechanzas del mundo y de la carne, y alcánzanos de Dios la gracia de ser santos y puros. Socorrednos y ayudadnos; con vos queremos reinar en el reino de vuestro esposo, Cristo Jesús.
Amén.
DÍA SÉPTIMO
Oración. Ayudadnos, Santa Marta, contra las asechanzas del mundo y de la carne, y alcánzanos de
Dios la gracia de ser santos y puros. Socorrednos y ayudadnos; con vos queremos reinar en el reino de vuestro esposo, Cristo Jesús. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día octavo
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que fuiste perseguida por los judíos y desterrada con tus hermanos, metida en un navío sin mástiles,
timón ni aparejo alguno y expuestos al arbitrio y furia de los vientos y las olas del mar, pareciéndoles el mejor medio de deshacerse de una familia cuya presencia no podían sufrir, porque Lázaro
era un milagro visible y un testimonio elocuente de la Divinidad de Aquel a quien ellos habían muerto ignominiosamente; pero que salvándoos la Divina Providencia, llegasteis al puerto de
Marsella, donde anunciaste la fe de Jesucristo, convirtiendo a muchos y obrando grande maravillas.
Te suplico poderosa Santa nos alcances del Señor la constancia y la firmeza que necesitamos para sufrir por Jesucristo todas las persecuciones, burlas y desprecios que se nos susciten, sin que
jamás dejemos de alabar, confesar y bendecir el santo nombre de Jesús.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía enderezad
mis peticiones al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre la devoción a la Santísima Virgen. Oración. Amabilísima Patrona nuestra,
Santa Marta, con mucha devoción servisteis a Jesús y a María, y ahora que estáis gloriosa en el cielo y vuestro valimiento para con Jesús y su Santísima Madre es muy grande, pedidles que se
dignen concedernos la gracia de la perseverancia final; y pedidles también que antes que demos los últimos sollozos de la vida tengamos un dolor perfecto de nuestros pecados y un ardentísimo amor
a Dios y conformidad a su santa Voluntad. Amén.
DÍA OCTAVO
Oración. Amabilísima Patrona nuestra, Santa Marta, con mucha devoción servisteis a Jesús y a
María, y ahora que estáis gloriosa en el cielo y vuestro valimiento para con Jesús y su Santísima Madre es muy grande, pedidles que se dignen concedernos la gracia de la perseverancia final; y
pedidles también que antes que demos los últimos sollozos de la vida tengamos un dolor perfecto de nuestros pecados y un ardentísimo amor a Dios y conformidad a su santa Voluntad. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Día noveno
Rezar el acto de contrición y la oración inicial para todos los días.
Favorecida discípula de Jesucristo Santa Marta, virgen gloriosa, patrona y protectora nuestra, que movida de las lágrimas de los vecinos de Tarascón y de los pueblos comarcanos, los librasteis
del monstruoso dragón que todo lo devoraba, atravesaste el río Duraza, armada con la Santa Cruz y agua bendita, arrastraste el dragón con el ceñidor trayéndole a la ciudad donde le dieron muerte.
Después retirándote a un desierto con muchas doncellas que habías convertido y edificado un monasterio vivías en él, como ángeles y castas esposas del salvador, el cual queriendo premiar tus
virtudes te reveló el día de tu dichosa muerte como también el que tu hermana Magdalena gozaba ya en el cielo de su gloria; y después de una calentura lenta, que aumentó tus merecimientos,
sabiendo que era llegada la hora de juntarte con tu Divino esposo, mandaste que te echasen sobre las cenizas en presencia de tus afligidas compañeras y exhortándolas a las perseverancia final,
pasaste tranquilamente al descanso del Señor.
Te suplico preciosa Santa, nos facilites los medios que necesitamos, para que llevemos una vida espiritualmente retirada de los bullicios del mundo y sea feliz nuestra muerte.
También imploro, Santa mía, vuestra poderosa intercesión para que la majestad Divina me conceda el favor que solicito si conviene para el bien de mi alma y si no, vos como abogada mía, enderezad
mis peticiones, al mayor servicio de Dios, alcanzándome una meritoria conformidad con su Santísima Voluntad.
(Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria para alcanzar la gracia deseada, por intercesión de Santa Marta y concluir con la petición final)
Meditar algo sobre la devoción a San José. Oración. Santa Marta, ya que estáis en
el cielo y conocéis el poder de San José, suplicad a tan bondadoso Patriarca que nos alcance de su Divino Hijo la gracia de vivir cristianamente, imitándole en la pobreza, en el cumplimiento de
los mandatos de Dios y de nuestras propias obligaciones y mediante esto obtener la vida eterna en el cielo. Amén.
DÍA NOVENO
Oración. Santa Marta, ya que estáis en el cielo y conocéis el poder de San José, suplicad
a tan bondadoso Patriarca que nos alcance de su Divino Hijo la gracia de vivir cristianamente, imitándole en la pobreza, en el cumplimiento de los mandatos de Dios y de nuestras propias
obligaciones y mediante esto obtener la vida eterna en el cielo. Amén.
Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania, en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María
Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo oyeme!
Tres Avemarías al Inmaculado Corazón de María intercaladas con la jaculatoria:
V./ Dulce Corazón de María.
R./ Sed mi salvación.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS Fervorosa discípula de Jesús, amable Santa Marta, cuya afanosa solicitud en el servicio del Maestro Divino fue motivo para que oyeras de sus
labios aquellas memorables palabras: “Marta, Marta, tu te afanas y acongojas distraída en muchísimas cosas, y a la verdad que una sola cosa es necesaria, que es la salvación eterna”; haz, dulce
protectora mía, que al buscar el remedio de mis necesidades temporales y al atender al cumplimiento de las obligaciones de mi estado, jamás me olvide que soy un viajero de paso por la tierra y en
camino hacia la eternidad, y que por tanto una sola cosa me es absolutamente necesaria, el obtener mi eterna salvación.
Oh dichosos hermanos, Lázaro, Marta y María Magdalena, rogad por nosotros y haced que los que os invocamos
y nuestras familias tengamos la dicha de reunirnos en el cielo como vosotros para gozar para siempre de la gloria de Dios.Oh Santa Marta, por la señal de la Cruz que sostienes con tu diestra y
por cuya virtud venciste al dragón infernal que tienes humillado a tus pies, ayúdanos a vencer las tentaciones y dificultades en esta vida, llevando con fidelidad la cruz de nuestro estado, hasta
conseguir como tu la victoria final sobre el enemigo de nuestras almas. Así sea.
Petición final para todos los días concluida la novena
Purísima virgen, modelo de castidad y paciencia, ejemplo vivo de todas las virtudes cristianas, testigo presencial de las divinas palabras, milagros, pasión, muerte y resurrección de nuestro
redentor Jesús; humildemente nos acogemos a vuestro patrocinio y amparo y os rogamos encarecidamente con toda la sinceridad del alma, con la fe viva y ferviente que despierta y fomenta en el
corazón la sabia y vivificante doctrina de nuestro Salvador, nos alcances de Él la tranquilidad de conciencia, ocasionada por el cumplimiento de mis obligaciones morales y religiosas así como la
dicha y prosperidad en nuestro hogar.
Interceded casta esposa del Señor, por la dicha y prosperidad de todos los seres que amamos; alcanzadnos la paz y concordia que la sociedad reclama para su bienestar y que fieles a los preceptos
divinos que por medio de Moisés fueron revelados al pueblo escogido para nuestro bien, consigamos la gloria eterna reservada a los mansos y humildes de corazón. Amén.
Oración para los que mantienen casas de huéspedes
Amable protectora mía, Santa Marta, que tuviste la inefable dicha de hospedar a Jesús en tu casa. Dichosa tu mansión de Betania , bendecida
tantas veces con la presencia del Huésped Divino, y cuyos moradores, tú misma y tus santos hermanos Lázaro y María Magdalena, fuisteis tantas veces honrados con las visitas de Jesús, de su Madre
Santísima y de los Apóstoles. No permitas, Santa mía, que entre los que se hospedan en mi casa haya ninguno que hospede en su corazón al demonio, sea motivo de escándalo, o atraiga con su mala
conducta las iras de Dios sobre mí y mi familia.
Santa bendita, que viviste en compañía de santos, bendice mi casa, bendice a mis huéspedes, para que en todos reinen la concordia y el amor de Dios. Ayúdame en el cumplimiento exacto de mis
deberes y en la administración de mis bienes y negocios, para que aún, cuando, por mi condición y estado de vida, tenga que ocuparme de las cosas de la tierra, jamás me olvide que mi patria
verdadera y mi último destino es el cielo. Así sea.
Devoción de los veintinueve de cada mes a Santa Marta
Oh Santa Marta milagrosa, me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti, para que me ayudes en mi tribulación, y en prueba de mi afecto y agradecimiento, te ofrezco propagar tu devoción.
Consuélame en mis penas y aflicciones, te lo suplico por la inmensa dicha que alegró tu corazón al hospedar en tu casa de Betania al Salvador
del mundo; intercede por mí y por toda mi familia para que conservemos siempre en nuestros corazones a nuestro Dios viviendo en su gracia y detestando toda ofensa contra Él; para que sean
remediadas nuestras necesidades y en especial esta que ahora me aflige (hágase la petición). Te suplico me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza con que venciste, por el poder de la
Cruz, al dragón que tienes rendido a tus pies. Así sea.
Rezar tres veces el Padrenuestro. Avemaría y Gloria.
Para aquellos que hacen los veintinueve de cada mes, se recomienda confesarse y comulgar cada martes, visitar el altar de la Santa y dar en su honor una limosna a los pobres.
Gozos a Santa Marta. Patrona de los casos imposibles.
Santa Marta, que a través de tu vida pudimos comprobar el inmenso Amor de nuestro Señor, el premio que aguarda a los que tienen fe en sus promesas, y la corrección amorosa, intercede por nosotros
ante el Divino Maestro; tú que eres la patrona de los casos imposibles, acerca nuestra petición a nuestro siempre amoroso Señor Jesucristo. Acepta, oh dulce y leal virgen Santa Marta, estos gozos
que con humildad te ofrecemos como agradecimiento por la inmensa devoción y fe que demostraste al Salvador. Le damos gracias al Padre Eterno por tu vida ejemplar y te decimos llenos de cariño las
siguientes palabras, esperando siempre agradar al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo:
De prosapia esclarecida y ricos padres naciste, a Jesucristo serviste como su esclava rendida; este es el noble esplendor que más te ilustra y agrada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Fuiste azucena tan pura que desde la edad temprana pisaste la pompa vana del mundo con su locura, así víctima del amor a Dios quedas consagrada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
En esta inocente vida maestra de perfección, te entregaste a la oración, con voluntad muy rendida, admira tanto fervor en niña tan delicada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Ciego de saña inhumana el judaísmo procura pervertir alma tan pura al saber que eras cristiana, confundiste con valor tu terquedad obstinada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Tu corazón con anhelo es reloj de sol divino que a todas horas muy fino se sigue con propio celo; de aquella fragua y ardor sales más acrisolada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
En expresión amorosa del que en la verdad constante fue María muy amante y Marta muy oficiosa cuando el mismo Salvador hospedó en tu morada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Lloró el Redentor Sagrado al oír tu amargo llanto y de tu hermano el quebranto ya Lázaro sepultado, fineza de superior compasión extremada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
A su voz imperiosa de la muerte bendecida vuelve Lázaro a la vida con novedad asombrosa, no pudo con más primor quedar tu fe así premiada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Son desvelos finos fruto y prueba nada escasa esta Iglesia y esta casa hospital de peregrinos, seguro tiene el fervor el que en ella halla posada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Desde aquí a toda dolencia, flujo de sangre, dolores, y a los tristes pecadores se difunde tu asistencia, cesa en fin todo temor luego que eres invocada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Si la intempestiva guerra a nuestra patria devora por tan grande intercesora logra la paz esta tierra, pues tú eres la que destierra la discordia y el furor.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Al que en lance apretado de la agonía por ti implora, amante protectora, oye con propicio agrado, libra a todos del horror de una muerte desgraciada.
R/. Alcánzanos abogada, la pureza y santo amor.
Escúchame, favorable, Señor Dios nuestro, para que, así como nos alegramos de la festividad de tu bienaventurada Virgen Santa Marta, así también por su amor seamos instruidos de su piadosa
devoción, enséñanos a través de su ejemplo a vencer los afanes de esta vida que intentan someternos en la infelicidad, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Santa Marta de Betania recibió al Señor Jesús con un gran banquete y una gran atención. Su fe causó que Jesús proclamara: Yo soy la Resurrección y la Vida
Santa Marta de Betania era la hermana de Lázaro y discípula de Jesús, vivía en el pueblo de Betania. Ella, su hermana María y su
hermano Lázaro eran amigos muy cercanos de Jesús, a quien hospedaban en su casa durante su tiempo de predicación en Judea. Marta se presenta como ama de casa, centrada y
ocupada en las labores del hogar para darle una bienvenida digna al Rey de reyes. Ella, volvería a aparecer en el Evangelio durante el trágico evento de la muerte y
resurrección de Lázaro donde, arraigada en sus creencias antiguas, creía que su hermano Lázaro resucitaría el último día, mientras que Jesús le dice que Él es la resurrección
y la vida, y ella responde con una declaración de fe hermosa muy semejante a la de San Pedro: "Señor, creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al
mundo". Santa Marta es la patrona de los cocineros, mayordomos, sirvientes, amas de casa, empleados domésticos, lavanderos, posaderos y hostales
Fiesta: 29 de Julio
Martirologio romano: Memoria de Santa Marta, que en Betania, cerca de Jerusalén, le dio una digna bienvenida al Señor Jesús y que
luego, en la muerte de su hermano, daría su declaración de fe al Señor: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo."
Biografía de Santa Marta
María, Marta y Lázaro están representados por el Evangelista San Juan como una familia muy piadosa que vivía en la ciudad de
Betania, pero San Lucas, da a entender que ellos vivían en Galilea; no menciona el nombre de la ciudad, pero que pudo haber sido Magdala, es por ellos que muchos concuerdan
que María de Betania, la hermana de Marta, es la misma María Magdalena
Marta era la hermana de María de Betania. Sabemos muy poco de ella, sólo lo que está escrito en los evangelios de Lucas y Juan.
Jesús amaba a Marta, María y Lázaro. Esta es una declaración única que se describe en el evangelio de San Juan, en la que el mismo nos habla de la especial relación que Jesús
tenía con Marta, su hermana y su hermano (Cfr Juan 11,5)
Declaración de fe de Santa Marta
Uno de los episodios evangélicos donde vemos a Marta, es ante la tumba de su hermano Lázaro, quien, al enterarse que Jesús
venía en camino, no espero que llegara, sino que alió a su encuentro, mientras que su hermana María permanecía en la casa (Cfr Jn
11,20)
En este encuentro, se efectúa un diálogo hermoso entre Jesús y Marta, lo que da como resultado que ella efectuara una declaración de fe muy parecida a la de San Pedro
"Jesús le dijo a Marta: "Tu hermano resucitará". Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?" Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que debía venir al mundo" (Juan 11,23-27)
La profesión de fe de Marta reviste gran importancia para los cristianos, ya que revive la esperanza y ofrece consuelo para todos nosotros en nuestro propio camino de fe y en
las ocasiones en que nos enfrentamos a la muerte de nuestros seres queridos.
En este mismo hecho evangélico, también observamos que la relación de Jesús con esta familia se revela de una manera muy conmovedora e íntima.
«María llegó a donde estaba Jesús y, al verlo, se postró a sus pies y le dijo: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto". Jesús, al verla llorar a ella, y
también a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado, preguntó: "¿Dónde lo pusieron?" Le respondieron: "Ven, Señor, y lo verás". Y Jesús lloró" (Juan 11,32-35)
Podía notarse el gran amor que Jesús tenía por esta familia porque esta es una de las pocas ocasiones que Jesús llora ante algo que le duele
mucho
El banquete preparado por Marta
Sabemos también sobre ella, en otro episodio evangélico, en donde, poco tiempo después de la resurrección de Lázaro, Jesús y sus discípulos visitaría a esta familia de
Betania.
Al saber que Jesús iba a visitarles, Marta centró su atención en las labores de su casa y se ocupó en darle una merecida bienvenida a Rey de reyes, en prepararles comidas y
que todo en su casa estuviese en orden.
Cuando llegaron a la casa de Marta, Jesús y sus discípulos fueron recibidos con gran hospitalidad. A partir de este episodio, en la que Marta era la que estaba encargada de
servir la mesa y atender a los huéspedes, ella es elegida como patrona de posaderos y hostales.
De las dos narraciones evangélicas sobre la vida de Marta, la que más se recuerda comúnmente es la del Evangelio de Lucas, donde Marta y Jesús cruzan algunas palabras, debido
a que ella, notaba que su hermana María, no le estaba ayudando con los quehaceres del casa y estaba y por el contrario, estaba sentada cómodamente a los pies del Señor. Marta
dijo a Jesús
"Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude" (Lucas 10,40)
Fue en ese momento que Jesús le recordó a Marta, que María había escogido "la mejor parte", la de escuchar su Palabra con atención.
A través del tiempo, las imágenes que comenzaron a representar a Santa Marta, fueron de fuerza, sentido común, y en todas predominaba la preocupación por los demás Luego, ella
se representaría como se muestra en algunas estatuas de la actualidad, erguida y llevando un cántaro de aceite, símbolo del servicio, de la hospitalidad y de la bendición.
La historia de Santa Marta nos inspira a todos por su relación amorosa con Jesús, su espíritu de acogedora hospitalidad, su coraje en medio de las dificultades y su presencia
compasiva al servicio de todos.
Que podamos seguir su ejemplo de acoger al Señor que viene, y servirle con devoción y amoroso celo.
Oración a Santa Marta
Bendita Santa Marta, recurro a tu protección y ayuda.
Consuélame en todas mis dificultades y hazme estar siempre presto al servicio. Interceda por mi familia para que siempre podamos tener a Dios en nuestros corazones, y para que
en nuestra casa siempre habite el amor y el deseo de ayudar a otros, para que siempre Jesús sea bienvenido en ella.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amen
Algo de historia y tradición sobre la virgen Santa Marta
La iglesia Católica celebra el día 29 de Julio la fiesta de Santa Marta.
Santa Marta por su solicitud y actividad en el servicio de Jesucristo Nuestro Señor, es invocada como protectora especial de cosas urgentes y difíciles. Es considerada la Patrona de cocineras,
sirvientas, amas de casa, hoteleros, casas de huéspedes, administradores de hospitales, escultores, pintores, lavanderas, de las Hermanas de la Caridad y los moribundos.
Marta significa: “Señora; jefe de hogar”.
Entre las santas mujeres que seguían a Jesucristo, y hacían manifiesta profesión de ser discípulas suyas mientras estuvo en esta vida mortal, Marta, fue una de las más distinguidas, no sólo por
su caridad y por la posición de que gozaba entre los judíos, sino particularmente por haber abrazado el estado de virginidad en el que perseveró constante toda su vida.
Tenía como hermanos a María Magdalena y Lázaro, quien había sido resucitado por Jesús. Habían heredado grandes bienes de sus padres, tocándole a Marta unas propiedades vecinas de Jerusalén, y
entre ellas la casa ó castillo de Betania. El Evangelio la nombra siempre primero que María Magdalena, y por eso se cree que era la hermana
mayor de la familia; por lo menos era la que llevaba el principal peso de administración y de gobierno. Era su carácter dulce y amigo de hacer el bien; un juicio maduro y ejemplar, y con una
modestia que la hacía ser amada y respetada por todos.
Era considerada como una doncella de gran mérito, y así en Jerusalén como en Betania se tenía general veneración a su virtud. Estando su alma
tan bien dispuesta, sin dificultad reconoció a Jesucristo por el Mesías verdadero, y gustó de su doctrina. Apenas le oyó, cuando hizo profesión de ser una de sus más fieles discípulas.
Oyendo los elogios que de cuando en cuando hacía el Señor de la virginidad, y viendo lo mucho que le agradaba esta admirable virtud, muy presto se determinó a no admitir jamás otro esposo que al
Esposo de las vírgenes; y como era tan constante en oír sus divinas instrucciones, practicó muy en breve lo más elevado y lo más perfecto del Evangelio. Se dedicó, pues, a la soledad y al retiro,
renunciando a las vanidades del mundo; y como su hermano Lázaro era ya uno de los discípulos del Salvador, y la conversión de su hermana Magdalena, había sido de tanta edificación a todos, el
castillo de Betania se convirtió, por decirlo así, como en un pequeño monasterio. Se ocupaba el tiempo en oración, en estudio, en la labor y en
las obras de caridad, por lo cual la casa de Betania era el hospedaje del Salvador en sus viajes apostólicos.
Llegó en una ocasión a Betania el Hijo de Dios, volviendo de sus tareas evangélicas: tuvo Marta la noticia de su venida; y saliéndole al camino,
le suplicó con instancias que se dignase no admitir otro hospedaje que el de su casa. Aceptó el convite el Salvador, como quien tenía tan conocida la virtud de aquellas dos fervorosas discípulas.
No es fácil explicar el gozo de toda aquella afortunada familia. Marta, que gobernaba la casa, tomó a su cargo la disposición de todo, y por sus mismas manos quiso preparar y guisar la comida a
su amado Maestro; el soberano Huésped no dejó de reconocer la gran caridad y el fervoroso amor de las dos hermanas, recompensándolas generosamente con su conversación, y con las abundantes
gracias que derramó en el corazón de aquellas dos santas almas.
Al ser crucificado Jesucristo y dispersarse sus discípulos, Marta, se embarcó junto a sus hermanos y un grupo de fieles, en un navío desprovisto de remos, velas y timón, y de cualquier
instrumento que pudiera servir para gobernarlo.
Sin embargo, conducido milagrosamente por Dios, arribaron a las costas de Marsella en Francia, donde desembarcaron. Luego se trasladaron a Aix y
convirtieron mediante la predicación a los pobladores de la región.
Cuenta la tradición hagiográfica, que en un bosque, situado entre Arles y Avignon , había por
aquel tiempo un dragón. Esta fiera a veces salía del bosque, se sumergía en el río, volcaba las embarcaciones y mataba a cuantos navegaban en ellas.
Marta, atendió los ruegos de la gente de la comarca, y dispuesta a liberarla definitivamente, se fue al bosque a buscar a la fiera; la halló devorándose a un campesino. Marta se acercó sin temor,
la roció con agua bendita y le mostró una cruz. La bestia, al ver la cruz y sentir el contacto con el agua bendita, se tornó mansa como una oveja. Marta se acercó nuevamente a ella, la amarró por
el cuello con el cordón de su túnica, la sacó a un claro, y allí los hombres de la comarca le dieron muerte. Desde entonces, el lugar comenzó a llamarse Tarascón que era el nombre del Dragón.
Una vez que terminó con la fiera que era el azote de la comarca, Marta, decidió dedicarse al ayuno y la oración en aquel bosque y pronto se le unieron varias mujeres. Edificó entonces una
basílica dedicada a la Virgen María, y un convento anexo en el que todas ellas organizaron su vida en comunidad a base de penitencia y oración.
En una oportunidad que Marta se hallaba predicando en Avignon ocurrió que se encontraban a la orilla de un río. En la orilla opuesta había un
joven que desde su lugar no escuchaba bien la prédica; como no disponía de bote, se decidió a cruzar el río a nado, pero a poco de iniciar la travesía, fue arrastrado por la corriente y murió
ahogado. Dos días después de su muerte, lograron encontrar su cuerpo y sacarlo fuera del río. Tan pronto como lo extrajeron, lo llevaron junto a la santa, lo dejaron tendido a sus pies y le
pidieron que lo resucitara. Marta se postró en tierra con los brazos en cruz, y pidió a Jesús que así como había resucitado a Lázaro, también resucitara al joven, para que así movidos por el
milagro se convirtieran a la fe los que allí se encontraban. Terminada la oración, tomó al joven de las manos y lo alzó del suelo, resucitado. El joven al volver a la vida recibió el
bautismo.
Con un año de antelación le comunicó Jesús a Marta la fecha en que había de morir. Todo aquel año estuvo aquejada de fiebres.
Unos días antes de su muerte, les dijo a los asistentes que partiría muy pronto y les pidió que mantuvieran encendidas las lámparas que ardían en la habitación hasta el momento final.
Hacia la media noche, anterior al día de su muerte, se desató un vendaval que apagó todas las lámparas. En aquel instante la habitación se llenó de demonios. Marta comenzó a orar: “Mi querido huésped, Jesucristo, no te alejes de mi, protégeme y defiéndeme de estos demonios”.
Nada más decir esto, cuando vio a su hermana ya muerta María Magdalena, quien con una antorcha encendida volvía a iluminar la habitación. Y a continuación apareció Cristo que le
dijo: “Ven querida hospedera, ven conmigo. En adelante estarás ya siempre a mi lado. Tú me diste alojamiento en tu casa, yo te daré alojamiento en el
cielo. Y por el amor que te tengo atenderé, a cuantos recurran a Mí, pidiendo algo en tu nombre”.
Momentos antes de morir pidió que la sacaran donde pudiera ver el cielo, que la tendieran sobre la tierra y pusieran al lado suyo el crucifijo y rezó: “Señor, acoge a esta mujer que tuvo la dicha de darte alojamiento en su casa”. Y mientras los concurrentes, a pedido suyo, leían las enseñanzas de Jesús,
entregó su alma.
En el sepulcro de Santa Marta comenzaron a obrarse milagros constantes. Se cuenta que Clodoveo, rey de los francos, convertido al cristianismo, enfermó gravemente de los riñones y padeció fuertes
dolores. Acudió en peregrinación a visitar la tumba de la santa y cuando llegó a ella quedó milagrosamente sanado. Agradecido, hizo a la iglesia de la santa importantes donaciones.
Novena a Santa Marta día 1
“Marta acoge a Jesús en casa“
En muchas ocasiones seguramente hemos oído que Santa Marta se caracteriza por ser la santa en quien podemos depositar nuestras peticiones y
oraciones por los casos imposibles, sin embargo, debemos tener siempre presente que la novena a Santa Marta se basa en sus características de amor, fidelidad y servicio a Dios,
aspectos de los cuales podemos aprender e interiorizar en esta novena, rezando con devoción y amor por nuestros casos particulares.
Texto bíblico: “Yendo de camino, entró Jesús en un pueblo. Una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa”
(Lucas 10,38).
Reflexión del día 1:
En los primeros cuatro días de la novena nos vamos a encontrar ante una catequesis sobre qué implica ser discípulo o discípula de Jesús. El gesto de Santa Marta es hermoso e
importante. Recibir a Jesús en su casa significa confirmarle el amor y la amistad que se le profesa desde la familia, la importancia que su presencia y su visita tiene para la familia
y para todos. Es una acción de hospitalidad, de servicio, de comunicación, de confianza. Ahí empieza el verdadero discipulado.
Oración inicial:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, que hospedaste a Jesús en tu casa, ruega por nosotros para que así como tú acogiste al Señor, también nosotros sepamos acoger a nuestros
hermanos que sufren y así entrar en comunicación con Él y con su proyecto de vida plena y abundante. Amén.
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontrarán su descanso. Porque mi
yugo es llevadero y mi carga ligera”
Plegaria del día:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Gozos a Santa Marta:
¡Si, Señor, yo creo que tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios, nuestro salvador!
Por tu acogida y escucha
del mensaje del señor,
enséñanos, Santa Marta,
a vivir en paz y unión
a divulgar su mensaje
testimonio de amor.
Nuestro mundo sufre y llora
por el hambre y la violencia,
por la injusticia y el odio
que a los hogares aqueja.
Santa Marta, intercede
porque tu amor nos renueva.
Te pedimos, Santa Marta,
por tu ejemplo y acogida,
que siempre nuestras familias
se mantengan muy unidas,
acogiendo a Jesucristo
que es el Reino de la vida.
Al resucitar a Lázaro,
amigo muy amado,
nos transmite Jesucristo
su amor desinteresado,
porque su clemencia y su bondad
con nosotros siempre ha estado.
Confiamos en ti, Maria,
porque escuchaste a tu Señor.
Queremos ser testimonio
en medio del desamor,
divulgando su evangelio,
creando un mundo mejor.
Ante tanto sufrimiento,
injusticia y aflicción,
ayúdanos, Santa Marta,
a seguir a tu Señor,
discípulos misioneros
queremos ser con amor.
Luz del mundo eres tú, Señor.
ilumina nuestra existencia
con el fuego de tu amor,
aleja la mentira llénanos de unión,
te pedimos, santa Marta,
escucha esta oración.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la
gracia de ser como la sal y la luz en esta tierra.
Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda mi familia para que siempre
conservemos en nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para vencer mis
dificultades y sufrimientos. Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores
recurrimos a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en
la tierra de los bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación novena Santa Marta día 1:
Así como Santa Marta acoge a Jesús en su casa, recibamos nosotros a Jesús en nuestros corazones, que llegue para poderle servir y que sus grandes obras sean realizadas
en nosotros. Pensemos en cómo la novena a Santa Marta día 1 puede darnos las señales de aquellas actitudes de servicio y amor que debemos realizar para tener a Jesús
en nuestro actuar diario.
Novena a Santa Marta día 2
“María, la hermana de Marta escucha la palabra del señor“.
Santa Marta no solo fue reconocida en la historia de Jesús por su servicio incondicional y amor a él, sino también en su atención y la atención de
María de escucha cuando se hablaba sobre la palabra del señor, ella entendió la importancia de obedecer y practicar aquellos actos que Dios espera de nosotros como sus hijos. Esto
hizo que su vida fuera santa y su actuar fuera ejemplo de cada generación ejemplo que hoy podemos tomar en pequeños actos para volverlos actos grandes de amor, servicio y escucha a
Dios padre.
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras”
(Lucas 10,39).
Reflexión del día 2:
María, seguramente la hermana más joven, lo deja todo y se queda “sentada a los pies del Señor”. EL evangelista la describe con los rasgos que caracterizan a la verdadera discípula: a
los pies del maestro, atenta a su voz y acogiendo su palabra y alimentándose de su enseñanza.
No deja de ser llamativo que en una cultura tan machista, en la que ningún maestro judío hibiera consentido tener mujeres en su grupo, Jesús reconozca a una mujer el derecho pleno a
ser discipula, de estar y seguir al maestro, de ser como Él.
Oración del día:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, que hospedaste a Jesús en tu casa, ruega por nosotros para que así como tú acogiste al Señor, también nosotros sepamos acoger a
nuestros hermanos que sufren y así entrar en comunicación con Él y con su proyecto de vida plena y abundante. Amén.
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontrarán su descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
Plegaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra.
Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda mi familia para que siempre conservemos en
nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para vencer mis dificultades. y sufrimientos.
Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación novena día 2:
Aprovechemos la novena a Santa Marta para reflexionar sobre aquellos momentos en los que Dios ha querido darnos un mensaje para nuestras vidas cualquiera sea el momento que
crucemos, pidamos a él la sabiduría necesaria para entender cómo debemos aplicar su palabra a nuestras vidas y que la novena a Santa Marta día 2 nos ayude a reflexionar ello.
Novena a Santa Marta día 3
“Marta representa el servicio“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Marta ocupada en los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: Maestro ¿no te importa que mi hermana
me deje sola en los quehaceres? Dile que me ayude” (Lucas 10,40).
Reflexión diaria:
La relación de Marta es diferente. Desde que ha llegado Jesús, no hace sino desvivirse por acogerlo, atenderlo, y servirlo debidamente. Marta se dirige a Jesús con un título frecuente
en el evangelio de Lucas, pero que nació a partir de la experiencia pascual, Kyrios: Señor.
Lucas la describe agobiada por servir al Señor, desbordada por la situación y dolida con su hermana. Ella vive el servicio y la dedicación a los otros; servir al Señor se traduce para
nosotros en ser solidario, cercano, humano y misericordioso.
Oración día 3:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, que hospedaste a Jesús en tu casa, ruega por nosotros para que así como tú acogiste al Señor, también nosotros sepamos acoger a
nuestros hermanos que sufren y así entrar en comunicación con Él y con su proyecto de vida plena y abundante. Amén.
“Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón y encontrarán su descanso.
Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera”
Plegaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra.
Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda mi familia para que siempre conservemos en
nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para vencer mis dificultades. y sufrimientos.
Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del tercer día de la novena:
Pongamos en manos de Dios todas nuestras oraciones y plegarias en esta Novena a Santa Marta día 3, para que todas nuestras obras de servicio con amor, sean ofrenda a Dios para
la realización de nuestras súplicas. En muchas ocasiones no entendemos la voluntad de Dios, pero gracias a su palabra vamos entendiendo cómo debemos representar todo en buenos
actos para que estos sean retribuidos a nosotros, tal como lo hizo Santa Marta.
Novena a Santa Marta día 4
“Jesús recuerda que ser su discípulo significa escuchar la palabra y llevarla a la
práctica“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “El Señor le respondió: “Marta, Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas cuando una
sola es necesaria. María acogió la mejor parte y no se la quitarán” (Lucas 10,41-42).
Reflexión:
Jesús no pierde la serenidad. Responde a Marta con un gran cariño. En primer lugar repite despacio su nombre, Marta … luego le hace saber que también a Él le preocupa su agobio. No
critica su servicio. Cómo lo va a hacer si Él mismo está enseñando a todos con su ejemplo a vivir acogiendo, sirviendo y ayudando a los demás. Jesús no critica a Marta por estar
ocupada, sino por estar preocupada e inquieta solo por realidades materiales. Tampoco dice que lo que hace sea malo. Lo que hace Marta también es bueno y lo sigue haciendo con
nosotros sus devotos.
Todos tenemos que ser a la vez Marta y María. No es fácil mantener ese equilibrio. El trabajo arduo y responsable, el silencio y la serenidad, que le permiten la escucha y la oración.
En un árbol frutal ¿qué es lo más importante, las raíces o el fruto? La pregunta es absurda: sin las raíces es impensable el árbol. Sin los frutos el árbol sería completamente inútil.
Jesús no contrapone la escucha fiel de su Palabra y el compromiso de vivir prácticamente su estilo de entrega, de servicio a los demás. No hay ninguna oposición sino que se reclaman.
El auténtico camino espiritual se produce cuando María se convierte en Marta y ésta se transforma en aquella, porque las dos en cualquier ocupación han aprendido aquello de que
“bienaventurados los que escuchan la Palabra de Dios y la ponen en práctica” (Lucas 11,27). El itinerario interior del que sigue la Jesús se resume en:
Escuchar atentamente la palabra de Dios.
Dejarse guiar por esa Palabra.
Ponerla en práctica construyendo su proyecto de vida plena y abundante en misericordia, justicia, dignidad y paz para todos, especialmente los
empobrecidos y los que sufren.
Eso es lo que llama Jesús construir su reino de vida plena y abundante. El texto deja bien claro que ser “oyente de la Palabra” es el comienzo de todo verdadero discipulado, de seguir
a Jesús.
Oración del día 4:
Padre nuestro, que la santidad de tu nombre resplandezca en la compasión del que socorre a los que sufren, a los heridos por la injusticia, la incomprensión, la soledad. Pon
cada día en la mesa de la hospitalidad, el pan que necesitamos para no desfallecer en el camino, danos tu espíritu para que, como Marta, nos multipliquemos en el servicio y,
como María, en la escucha de la Palabra encontremos la fuerza para seguirle como discípulos y misioneros de tu Reino que es vida plena y abundante vida de Dios. Amén.
Plegaria diaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra.
Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda mi familia para que siempre conservemos en
nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para vencer mis dificultades. y sufrimientos.
Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del cuarto día de la novena:
El día 4 de esta Novena a Santa Marta no solo nos muestra la importancia de mostrar una actitud de servicio, sino también, nos da a entender en cuales momentos nosotros
debemos dejar de lado algunas cosas para darle prioridad de atención a la palabra de Dios tal como lo hizo María en su momento, es por eso que nuestra tarea debe ser saber
cuándo servir y cuando escuchar su palabra.
Novena a Santa Marta día 5
“Marta y María acuden a Jesús en un momento de dolor“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Había un enfermo llamado Lázaro, de Betania, el pueblo de María y su hermana Marta. María era la
que había ungido al Señor con perfumes y le había secado los pies con sus cabellos. Su hermano Lázaro estaba enfermo. Las hermanas le enviaron un mensajero: “Señor, tu amigo está
enfermo”. Al oírlo, Jesús comentó “Esta enfermedad no ha de terminar en la muerte; es para la gloria de Dios, para que el Hijo de DIos sea glorificado por ella”. Jesús era amigo de
Marta , de su hermana y de Lázaro.
Sin embargo cuando oyó que estaba enfermo, prolongó su estadía dos días en lugar. Después dice a sus discípulos: “Vamos a volver a Judea” (Juan 11,1-6).
Reflexión:
Este relato tiene la intención de descubrir el camino del hombre hacia la fe en Jesús, hacia el verdadero discipulado, hacia el creyente, hombre o mujer de fe.
El relato de la resurrección de Lázaro es sorprendente. Por una parte, nunca se nos presenta a Jesús tan humano, frágil y entrañable como en este momento en que se le muere uno de sus
mejores amigos. Por otra parte nunca se nos invita tan directamente para creer en su poder salvador.
“Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí aunque muera vivirá … ¿Crees esto?. Jesús no oculta su cariño hacia estos tres hermanos de Betania que, seguramente, lo acogen en
su casa siempre que viene a Jerusalén.
Oración día 5:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, que confiaste junto con tu hermana María tu dolor a Jesús, ruega por nosotros para que frente a nuestros sufrimientos y fracasos
encontremos en Él la fortaleza para enfrentarnos a nuestros clamores y peticiones de auxilio en la búsqueda de la vida, plena y digna que Él quiere y espera para todos
nosotros. Ayuda a mi fe, a descubrir que en los momentos de dolor, sufrimiento y soledad tu no me has olvidado o dejado solo, que vienes a mi e iluminas el momento que vivo y
respondes para que comprenda y crezca desde el hecho de dolor o fracaso, viviendo como testigo de lo que me ofreces, sanándome y librándome.
Plegaria diaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra.
Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda mi familia para que siempre conservemos en
nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para vencer mis dificultades. y sufrimientos.
Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del quinto día de la novena:
En muchas ocasiones de nuestra vida nos sentimos identificados con Marta o María, presentando preocupaciones por nuestros seres queridos o por situaciones personales,
económicas entre otras, de gran urgencia. Sin embargo, que esta novena a Santa Marta día 5, nos de una luz de cómo debemos tomar aquellas preocupaciones, confiando en Dios y
en su palabra para que él ponga en nosotros sus mejores planes.
Día sexto
Amable Patrona nuestra y obediente discípula de Cristo, durante su vida mortal
practicasteis esta hermosa virtud de caridad, rogad por nosotros a nuestro Divino Maestro que nos conceda la gracia de ser caritativos para con los indigentes, máxime para los que con la pobreza
peligran caerse en pecados graves perdiendo el Alma por toda la eternidad. Amén. Jaculatoria: Señor, por el amoroso hospedaje que siempre hallaste en Betania,
en casa de los santos hermanos Lázaro, Marta y María Magdalena, oye mi petición y concédeme la gracia que te pido. ¡Jesús dulcísimo óyeme!
ración. Gloriosa Patrona, por la humildad que llevasteis hasta
llegar a tan alta perfección, rogad a nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la misma virtud de la cual mucho necesitamos en esta vida cotidiana en este valle de lágrimas. Esperamos de vuestro
valimiento esta gracia para que un día podamos gozar con vos la eterna bienaventuranza. Amen.
Rezar tres padrenuestros, avemaría, y gloria por las almas del
Purgatorio. Terminar con la oración a la santísima Virgen.
Oración a la Santísima Virgen Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los
Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos, y compadeceos de nosotros miserables pecadores que recurrimos a Vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a
nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los bienaventurados. Amén. Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido el Amantísimo Corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación! Amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea
Gozos a la Gloriosa Santa
Marta
Oh gran Santa Marta, considerada como la servidora del señor Jesús, santa patrona de muchos la cual llega a interceder por
mí, eres de esclarecida familia, de ricos padres y al señor Jesucristo llegaste a servir, con una gran voluntad rendida a él, y que solamente a él llegaste a consagrar tu vida completa como
esclava de su amor.
Oh Gloriosa Santa Marta, con una amorosa expresión, la que verdaderamente es constante fue tu hermana maría, la más amante y
que tú oh Santa Marta eres mujer oficiosa, cuando se llegó a hospedar el caminante el Divino salvador de nuestras almas.
Jesús llegó a llorar por tu hermano Lázaro, el cual tenía ya 3 días de muerto, sin embargo, Jesús oro al Padre que esta en
los Cielos e hizo que Lázaro resucitara de entre los muertos para dar testimonio del poder y del amor de Dios mismos. Eres la patrona que proteges a los fieles, que en los valles de dolores tus
creyentes tienden a implorar a tu gran favor.
Oh gran Santa Marta, Santa Marta, la Santa Amada ante los ojos del Dios de todas las bondades, todos tus creyentes requieren
de tus claridades en los trabajos y también en las labores que se encuentran cansadas. Los que en sus hogares desolados, ya no tienen ni techo ni amor.
Oh gran Santa Marta llegaste a ser tú la seguidora de Cristo, de sus huellas en la cruz y anduviste en las vías más tortuosas
junto con la madre de nuestro salvador que se encontraba en profundo dolor viendo a su hijo cargar una corona de espinas y con rosas consolando en todo momento a Jesús. Amén.
La Oración
Oh santa y gran patrona de los humildes, por lo enorme humildad que
llegaste llevar hasta lograr la elevada perfección, te pedimos que ruegues por todos tus creyentes ante nuestro señor Jesucristo para que nos pueda conceder la mismísima virtud de la cual
muchas personas en especial yo necesitamos durante nuestra vida cotidiana.
Esperamos de tu parte que esta gracia para que en algún podamos gozar
contigo la misma eterna bienaventuranzas a la que llegaste. Amén.
Nuevamente después de haber realizado esta oración puedes llegar a rezar 3 padrenuestros, 1 avemaría, y 1 gloria por las
almas del Purgatorio. Y finalizamos con la oración a la santa Virgen inmaculada.
Oración Final
Esta es una oración que puedes realizar al final de las novenas:
Santa Marta, Santa milagrosa yo en este momento me acerco ante ti para estar bajo tu amparo y protección y como muestra de mi
agradecimiento ante ti, te ofrezco que en tu nombre voy a encender durante todos los martes esta luz que ahora enciendo. (En este momento va a encender una vela).
Te pido que me consueles en mis penas y por el inmenso amor que tienes y con la misma gracia que cuando llegaste a hospedar
en tu casa junto a tus hermanos María y Lázaro al señor Jesús, además te pido que intercedas por mi ante el señor Dios que se encuentra sentado en su gran Trono Blanco para que siempre podamos
conservar en nuestros corazones a Dios y al señor Jesucristo como único señor y salvador de nuestras vidas.
Novena a Santa Marta día 7
En muchas ocasiones entendemos que el misterio de la resurrección es un misterio solo vivido por Jesús luego de su pasión y muerte, sin embargo, en
esta conversación con Santa Marta, le explica la importancia de aquella venida al mundo por parte del hijo de Dios, dando a entender quien muera pero crea en Dios, podrá vivir por él
es vida y amor. Oremos con fe la novena a Santa Marta en el día 7 para conocer este mensaje.
“Jesús se revela a Marta como resurrección y vida“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Cuando Marta oyó que Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.
Marta dijo a Jesús: “Si hubieras estado aquí, Señor, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que lo que pidas, Dios te lo concederá. Le dice Jesús: “Tu hermano resucitará”. Le dice
Marta: “Sé que resucitará en la resurrección del último día”. Jesús le contestó: “yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí aunque muera vivirá; y quién vive y cree en mí no
morirá para siempre. ¿Lo crees?. Le contestó: “Sí Señor, yo creo que tu eres el Mesías, el hijo de DIos, el que había de venir al mundo”” (Juan 11,20-27).
Reflexión día 7:
Aparece acá la revelación mayor de Jesús a Marta. Es a una mujer a quien se revela el misterio de Jesús como resurrección y vida. Marta corre inmediatamente a donde Jesús, expresa su
confianza y luego admirablemente su fe, afirma la esperanza en la vida que no se acaba.
Todo el relato gira en torno a esta frase absolutamente central que, marca un reto decisivo: ”yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá; y el que
está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?”.
Parece que la comunidad de Juan se reconocía en esta confesión de fe. La resurrección comienza desde ya. No somos la criatura que desaparecerá sino la vida que nunca muere. No hay que
esperar a la muerte para conseguir vida. Jesús no viene a prolongar la vida física, viene a comunicar la vida plena que Él mismo posee y de la que puede disponer.
Oración diaria:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, a quien Jesús se reveló como resurrección y vida, como un Dios que está comunicándonos en su vida plena, que está siempre saliendo
de sí mismo para nuestro servicio. Que quienes celebramos esta oración o novena, fortalecidos por Jesucristo sepamos salir de nosotros mismos para vencer nuestro egoísmo y
ambiciones y así ayudar a construir una sociedad misericordiosa, justa, solidaria, inclusiva, sin indiferencia, desde nuestra familia, en el ejercicio de mi profesión, de mi
trabajo, por sencillo i importante que éste sea. Que siempre esté disponible para escuchar, y comunicar esa vida plena a quien me pide razón de mi esperanza. Amén.
Plegaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra. Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda
mi familia para que siempre conservemos en nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para
vencer mis dificultades. y sufrimientos. Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del séptimo día de la novena:
Luego de haber leído y comprendido la explicación de Jesús a Santa Marta sobre el misterio de la resurrección, meditemos la importancia de creer y vivir la palabra de Dios en
cada día de nuestras vidas, el hecho de saber que si creemos en Dios aunque hayamos muerto, gracias a él viviremos en gracia. Llevemos este mensaje de la novena a Santa Marta
día 7 en cada uno de nuestros actos para acercarnos cada vez más a Dios por medio de Santa Marta.
Novena a Santa Marta día 8
El día 8 de la novena a Santa Marta da las enseñanzas para aquellos momentos de nuestras vidas cuando presentamos preocupación o duda pero solo es
Dios quien puede darnos tranquilidad con su presencia. Para ello debemos postrarnos para que por medio de su palabra nos pueda dar tranquilidad en este día octavo de novena a Santa
Marta.
“Si hubieras estado aquí, señor, mi hermano no habría muerto“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Dicho esto, se fue, llamó en privado a su hermana María y le dijo: el maestro está aquí y te
llama. Al oírlo, se levantó rápidamente y se dirigió hacia él. Jesús no había llegado aún al pueblo, sino que estaba en el lugar donde lo encontró Marta. Los judíos que estaban con
ella en la casa consolándola, al ver que maría se levantaba de repente y salía, fueron det´ras de ella, pensando que iba al sepulcro a llorar allí. Cuando María llegó a donde estaba
Jesús, al verlo, cayó a sus pies y le dijo: si hubieras estado aquí, señor, mi hermano no habría muerto.” (Juan 11,20-27).
Reflexión del día 8:
María, que había quedado en casa, responde con prontitud a la llamada que le transmite su hermana Marta. Al llegar a donde estaba Jesús “cayó a sus pies”, lo que no había hecho Marta,
y rompió a llorar. Nadie la puede consolar. “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Se le rompe el alma al sentir la impotencia ante la muerte.
Hay en nosotros un deseo insaciable de vida. Como los humanos de todos los tiempos, también vivimos rodeados de dolor, de tinieblas, de miedos: ¿Qué es la vida? ¿Cómo hay que morir?
¿En qué podemos esperar? ¿Cómo superar tantas frustraciones y sufrimientos que se nos presentan?
A pesar de las dudas y las oscuridades, los cristianos creemos en Jesús, Señor de la vida plena digna. Sólo en él buscamos fuerza para luchar por la vida y para enfrentarnos a la
muerte. Sólo en él encontramos una esperanza de vida plena y abundante más allá de la muerte.
Oración diaria:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, también como tú y María, tu hermana, necesitamos de tu presencia, de tu acompañamiento, de tu consuelo y misericordia para tener el coraje y
la fortaleza necesarios a fin de enfrentar tantos sufrimientos, angustias y fracasos que experimentamos a lo largo de nuestras vidas.. Amén.
Plegaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra. Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda
mi familia para que siempre conservemos en nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para
vencer mis dificultades. y sufrimientos. Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del octavo día de la novena:
El mensaje del día 8 de la novena a Santa Marta es claro, en muchas ocasiones de nuestras vidas somos como Marta, llenos de desesperación, tristeza o frustración, pero debemos
postrarnos como ella ante Dios, demostrar nuestra humildad frente a su grandeza y que en los casos imposibles sea él quien actúe en nosotros. Reflexionemos como el octavo día
de novena a Santa Marta puede ayudarnos en cualquier momento de nuestras vidas y cómo podemos ponerlo en práctica..
Novena a Santa Marta día 9
En este último día de novena a Santa Marta, recordemos todos los aprendizajes que sus reflexiones gracias a la palabra de Dios, nos han dejado en
los anteriores nueve días. Esto con el fin de entender que Dios siempre estará con nosotros tal como lo hablará en este evangelio gracias a la vida de Santa Marta.
“Marta y María descubren en Jesús el rostro humano de Dios“
Oración para todos los días:
Oh Dios, clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en bondad, que revelaste a santa Marta el ministerio de Jesús: Camino, Verdad y Vida. Estamos reunidos por una cruz especial
que estamos cargando … Sabemos que tú estás con nosotros, que sufres con nosotros, que luchas con nosotros; te suplicamos por las “entrañas conmovidas” de nuestro redentor y salvador
y por la intercesión de santa Marta, nos concedas que tu Espíritu nos dé fuerza y esperanza, sabiduría y discernimiento para trabajar en la construcción de tu reino de vida plena y
abundante, y con ello la gracia que solicitamos en esta novena. Amén.
Texto bíblico: “Jesús, al ver llorar a María y también a los judíos que la acompañaban, se estremeció por dentro
y dijo muy conmovido: “¿Dónde lo han puesto?. Le dicen “Ven, Señor, y lo verás”. Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban: “Cómo lo quería”. Pero algunos decían: El que abrió los
ojos al ciego, ¿no pudo impedir que este muriera?”. Jesús estremeciéndose de nuevo, se dirigió al sepulcro. Era una caverna con una piedra adelante. Jesús dice: “Retiren la piedra”.
Le dice Marta, la hermana del difunto: “Señor, huele mal, ya lleva cuatro días muerto”.
Le contesta Jesús: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?. Retiraron la piedra. Jesús alzó la vista al cielo y dijo: “Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado. Yo
se que siempre me escuchas, pero lo he dicho por la gente que me rodea, para que crean que tú me enviaste”. Dicho esto, gritó con fuerte voz: “Lázaro, sal fuera”. Salió el muerto con
los pies y las manos sujetas con vendas y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo “Desatenlo para que pueda caminar.” (Juan 11,33-44).
Reflexión día 9:
Jesús no puede contenerse y también se echa a llorar. Es la demostración plena de su humanidad. Son lágrimas de Dios ante la muerte, ante el sufrimiento de los seres
humanos.
Jesús ordena quitar la piedra que cubre al sepulcro. Marta se opone horrorizada. La fe que acababa de confesar parece que ahora se esfuma. La trágica realidad de la muerte parece que
no deja lugar a la esperanza: Jesús quiere hacer ver que la muerte biológica no es el fin, pero también que sin la muerte del “yo”no se puede alcanzar la vida de plenitud.
La muerte solo deja de ser el horizonte último de la vida cuando se asumen y se traspasa: “si el grano de trigo no muere … El que quiera salvar su vida la perderá”. Es muy
importante la oración de Jesús en ese momento clave. Al levantar los ojos al cielo y dar gracias al padre, Jesús se coloca en la esfera de Dios Padre. Su vida es la misma vida de
Dios. El sentido de la acción permanente y debe ser también la nuestra.
No estamos destinados al sepulcro, porque aunque hemos de morir, seguiremos viviendo. Fuimos creados para la vida, no para la muerte. Nuestra vocación última es a la vida pero a la
vida plena en un Dios compasivo y misericordioso, silencioso y cercano, inefable y sorprendente
Oración diaria:
Bienaventurada Marta, discípula del Señor, también como tú y María, tu hermana, necesitamos de tu presencia, de tu acompañamiento, de tu consuelo y misericordia para tener el
coraje y la fortaleza necesarios a fin de enfrentar tantos sufrimientos, angustias y fracasos que experimentamos a lo largo de nuestras vidas.. Amén.
Plegaria:
Fuiste Marta piadosa, de Jesús muy estimada; por sensible, por virtuosa, por humilde, por honrada. En tu misma residencia dos veces te visito; demostrando su clemencia, tus
tristezas consoló. Habiendo muerto tu hermano, lloraba amargamente, Jesús pidió al soberano, e hizo un milagro patente. A Lázaro resucitó a los tres días de enterrado y todo
el pueblo quedó eternamente admirado. Santa Marta yo te pido con todo mi corazón mi súplica has oído remedies ya mi aflicción.
Oración a Santa Marta:
Bienaventurada Santa Marta, yo me acojo a tu protección y amparo y en prueba de mi devoción te clamo en este día, que intercedas ante el Señor para que me conceda la gracia de
ser como la sal y la luz en esta tierra. Consuélame en mis penas por la dicha que tuviste al hospedar en tu casa al Divino Salvador. Santa Marta, intercede por mi y por toda
mi familia para que siempre conservemos en nuestros corazones a Dios y se resuelvan nuestras necesidades. Pongo en tus manos esta intención … y te pido que me acompañes para
vencer mis dificultades. y sufrimientos. Amén.
Oración final para todos los días:
Inmaculada Virgen María, soberana Reina de los ángeles y de los Santos, vuelve a nosotros estos ojos misericordiosos y compadeceos de nosotros miserables pecadores recurrimos
a vos. Bien lo sabéis, celestial Señora, el peligro que nos rodea y amenaza a nuestro cuerpo y alma; socórrenos y defiéndenos hasta que nos veamos libres en la tierra de los
bienaventurados. Amén.
Sea en todo tiempo y lugar amado y bendecido amantísimo corazón de Jesús.
¡Dulcísimo Corazón de María, sed mi salvación!
Meditación del noveno día de la novena:
Para terminar los 9 días de novena con Santa Marta, tenemos muchos aprendizajes que debemos entender y aplicar a nuestra vida, tal como sucede con el mensaje que Dios da en
este último día, el mensaje de amor y compasión que tiene a nosotros y fue demostrado por medio de Jesús a Lázaro, la humanidad de él fue demostrada en el dolor y en el amor
para resucitarlo. Es por eso que debemos poner en práctica en nuestra vida los sentimientos de servicio, amor, escucha y aprendizaje para vivir en gracia de Dios gracias a la
virgen Santa Marta.