La Devoción al Sagrado Corazón de Jesús es una fuente que nunca falla para remediar nuestros problemas y necesidades, así como para alcanzar la perfección y la salvación
La Devoción del Sagrado Corazón es la mayor fuente de ayuda espiritual y temporal, gracias y bendiciones para aquellos que verdaderamente aman el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo.
Es una fuente que nunca falla para remediar todos nuestros problemas y necesidades, así como un método seguro para alcanzar la perfección y la salvación.
La Devoción del Sagrado Corazón es la única devoción específicamente solicitada y establecida por Jesucristo mismo, en la cual Él escogió a su fiel sierva Santa Margarita María Alacoque para propagar esta devoción.
Nuestro Señor hizo esta petición por su ardiente amor para ser conocido, amado, honrado y adorado por todos los católicos y para establecer Su reinado en los corazones de todos a través de nuestra consagración a la devoción y amor de Su Sagrado Corazón.
Jesús prometió a Santa Margarita María Alacoque que esta devoción es tan agradable a Él, que no rechaza nada a los que la practican. Además, Él hizo "12 Promesas" para aquellos que practican esta devoción apropiada y fielmente.
1.- Háblale al Sagrado Corazón de Jesús
Amado Corazón de Jesús, Tú Permaneces como mi amante fiel y eterno, aunque yo vaya dando tumbos por el camino del amor, tu amor. Quieres que yo dé mucho fruto, pero para eso debo vivir unido a Ti, unido a tu sacratísimo corazón y a tu Palabra que es la semilla que alimenta al mío.
Dame de tu fuerza, de tu coraje, de tu amor y de tu perdón. Necesito a diario esas cuatro cosas en mi vida para tener la dirección correcta. Quiero hacer de mi vida una vida de servicio, obrar bien por los míos y por mi prójimo, desvivirme por ellos como Tú lo hiciste por mí.
Al final de mis días eso es lo que contará, no mi prestigio, riqueza, poder o belleza. Sé que quieres que construya mi vida sobre el amor que brota de tu Sagrado Corazón, que permanezca siempre firme y lleno de tu bondad. Confío en que Tú me llevarás seguro con la fuerza sanadora que emerge de tu Corazón.
Confío en Ti, confío en tu amor, confío en que me ayudas y me regalas tu bendición en todos los momentos de mi vida.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero amarte con verdadero amor.
Amén
2.- Oración inicial
Sagrado Corazón de Jesús, necesito de tu fuerza que todo lo restaura, tu poder que sana y libera y conduce por nuevos caminos llenos de bendiciones.
Tú conoces lo que hay en mi corazón: quiero amarte y servirte, no porque sea un mandato, sino porque lo acepto como una petición de amor respetuosa y lleno de gozo por hacer tu voluntad, la cual, con ella siempre me diriges y quieres lo mejor para mí.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero seguir tus pasos, vivir lo que Tú mismo viviste, amar lo que Tú amas, despreciar el mal que te aleja de mí.
Te amo, creo en tus mandamientos, que no son otra cosa que peticiones de amor que brotan de tu sagrado corazón. Amén. Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.
Amén.
3.- Reflexión día 24: Las acciones inútiles
¿Cuáles han sido los dos grandes deseos del Corazón de Jesús? La gloria del Padre y la salvación de las almas.
Por la gloria del Padre, Jesús, con doce años, se encuentra con los doctores del templo; por su gloria recorre toda Palestina, bendiciendo y curando, y cuando llega la hora del suplicio, alza los ojos al cielo y reza:
"Padre, yo te he glorificado en la Tierra donde he cumplido la obra que me has confiado. Padre, yo he manifestado tu Nombre a los hombres que me has dado. Santifícalos en la verdad. Con estas pocas palabras, Jesús explica su gran misión: Darle mayor gloria al eterno Padre y salvar las almas perdidas."
Proponte ofrecer cada día al Señor tus acciones y hacerlas con el único fin de darle gloria, de agradarle
Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.
4.- Oración final
Amantísimo Corazón de Jesús, de Ti provienen abundantes gracias, misericordia y perdón, defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles, rescatas a los que son despreciados.
Una y otra vez intervienes en cada una de mis debilidades, me acoges, me perdonas y me invitas a convertirme de corazón.
Sagrado Corazón de Jesús, Tú lo sabes todo, Tú escudriñas la profundidad de nuestros corazones y ves nuestro interior, conoces mi debilidad.
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón, a reconocerme pecador y no juzgar a los demás, más bien acudo a Ti, que eres la fuente de la misericordia, para que pongas en mí la gracia de ser misericordioso.
Quiero sabe inyectar esperanzas en vez de condenas. Derrama tu amor en mi corazón para solidarizarme con todos. No permitas que sea indiferente ante las personas que necesitan de una palabra de consuelo.
Te suplico, Oh Dios mío, que extiendas tu mano en estos momentos sobre mis heridas y sánalas con tu inmenso amor. Eres el dueño de mi vida. Todo te lo entrego.
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.
Nota final: El Sagrado Corazón de Jesús quiere inspirar a los corazones de hombres y mujeres de nuestros días para que puedan estar fortalecidos ante los continuos ataques de antivalores de esta sociedad y además infundirles un gran deseo de llevar a cabo grandes obras de las que se creen ser incapaces de realizar.
El Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María Alacoque:
"Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí"
Meditación: Pobre,
mi Jesús, que con dulzura nos quieres llevar a la Tierra Prometida. ¿Sabes, Señor, qué pienso cuando aún te miro clavado en el Madero...cuando veo Tu Corazón sangrar?. Con un suspiro lleno de
dolor quisiera bajarte de la Cruz, sacarte esos clavos, borrar de Tu Frente todos los pecados que desfiguraron Tu Amado Rostro Santo. Y Tú, con esa Mirada pides amor en un mundo que se olvidó de
Dios, que sólo busca el placer, la vanidad, no pensar en los demás para vivir en el yo. Señor, qué lejos de Tus enseñanzas Tú nos viniste a liberar, a mostrar que teníamos que morir a nosotros
mismos para vivir en Cristo. Señor, darse por los demás hasta morir. Sí, Tú me lo viniste a decir y yo lo olvidé, el mundo me hizo sordo de corazón y dejé de oír Tu Voz. Creí que yo solo podía,
que triunfaría y viviría la buena vida. ¿Qué vida, Señor, si así yo moría, y a pesar de que todo tenía me encontraba con el alma vacía?. Jesús, mi amado, Jesús, mi hermano que todo nos has dado,
hazme escuchar Tu hermosa Voz como mi hermano mayor que me miras y me guías, y eres fuente de verdadera alegría. Porque sabes, mi Señor, aún cuando todo me sacaras, si aun tengo Tu Mirada.
destella mi alma porque sé que Tú me amas.
Jaculatoria: ¡Enamorándome
de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende
en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir
siempre si. Amén.
Florecilla: Seamos
sencillos y regalemos sonrisas y consuelo a todos los que están sufriendo, aún cuando nosotros estemos en el huerto.
Oración:
Amadísimo Jesús Redentor mío Tú que eres amor, invádeme
Tú que eres Santo, santifí ...came Tú
que eres Fuente viva, sáciame
Tú que eres Entrega, utilízame Tú que eres Presencia, utilízame
Tú que eres presencia, envuélveme Tú que eres Plenitud, lléname
Tú que eres Centro, céntrame en ti Rebósame de Ti y muéstrame tu rostro
Hazme capacidad Hazme silencio Hazme reflejo de tu Amor.
Diez Padre Nuestros, un Ave María y un
Gloria.
DÍA 24 - PIDAMOS AL SAGRADO CORAZÓN, POR LAS OBRAS DEL APOSTOLADO
I Pedimos hoy por todos los
trabajos encaminados a difundir en nuestra sociedad la influencia de la Iglesia Católica y de sus instituciones contra la acción disolvente y demoledora de tantos que con diversos y numerosos
medios pugnan por descatolizar el mundo.
Pertenecen al concepto general de obra de Apostolado todos los ministerios eclesiásticos; pero de un modo muy
particular se distinguen con este nombre las obras que ejercen bajo la dirección de la Iglesia los mismos laicos. Las sociedades de caridad, las escuelas y talleres, los periódicos y libros
cristianos, las Academias de Juventud católica y asociaciones de católicos y todas las que con este o con aquel nombre, se proponen la reparación de los estragos de nuestros tiempos, la
moralización del pueblo, la protección del pobre, o simplemente el ejercicio práctico y sin respeto humano de la Religión; todo eso que constituye hoy con diversidad de organización y de medios,
pero con maravillosa unidad de pensamiento, el gran cuerpo de ejército de Apostolado seglar.
Oremos, pues, hoy por esta imperiosa necesidad de los tiempos presentes. Oremos por esos hermanos nuestros que
luchan incansablemente en estos campos de acción. Oremos para que Dios sostenga sus fuerzas, aumente su fe, dé alcance a sus palabras, los libre de la vacilación y del desaliento de los
contratiempos, los corone de consuelos acá y de gloria en el cielo en premio de sus combates.
¡Oh Sagrado Corazón! Tú eres el jefe de esa espiritual y generosa milicia, Tú el Nombre de su escudo y el lema de su
bandera. Hazlos contigo un solo corazón y una sola alma, valerosos, dignos del todo de la santa causa que defienden y de la celestial recompensa que esperan.
Medítese unos minutos.
II ¡Qué glorioso es ese
ejército creyente que, de uno a otro confín del mundo lucha sin descanso por el nombre de Cristo, mezclado, aunque no confundido, con ese otro ejército de error y corrupción que sigue la bandera
del enemigo! ¡Qué grandes combates se libran a todas horas entre los de uno y otro bando por medio del ejercicio de la caridad, de la pluma, de las palabras, del franco y esforzado ejemplo! ¡Qué
grato ha de ser a Dios ver alrededor de la Iglesia esas personas que de toda edad, de todo sexo, de toda condición, trabajan en estas magníficas obras Católicas!
Roguemos al Sagrado Corazón que nuestros corazones latan todos con los divinos latidos del Corazón de Jesús! ¡Que no
nos mueva otro deseo que el de su mayor gloria y la salvación de las almas! ¡Que no nos engañe el fuego vano de erradas doctrinas que tienden a disminuir la santa intransigencia del dogma
Católico!
Oh Corazón de Jesús! ¡Que vengamos a templar nuestras almas en Ti, fragua de amor infinito; que las saquemos de allí
enrojecidas en el fuego de tu celo y de tu ardentísima caridad! Fuego viniste a traer a la tierra; ¿qué quieres Tú, sino que sin cesar se avive? Avívalo, Señor, primeramente en nuestros corazones
que ya son tuyos, y sírvete luego de ellos para las grandiosas empresas de tu santa Religión.
Medítese, y pídase la gracia particular.
ORACIÓN Y ACTO DE CONSAGRACIÓN
Rendido a tus pies, ¡oh Jesús mío!, considerando las inefables muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo tu adorabilísimo Corazón, te pido humildemente la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo, para hacerme digno de las gracias y bendiciones que generoso concedes a los que de veras te conocen, aman y sirven.
¡Mira que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Ti como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar! Mira que soy muy ignorante, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia! ¡Mira que soy muy frágil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer! Sé todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, luz de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio en toda necesidad. De Ti lo espera todo mi pobre corazón. Tú lo alentaste y convidaste cuando con tan tiernas palabras, dijiste repetidas veces en tu Evangelio:
Venid a Mí,… Aprended de Mí… Pedid, llamad…
A las puertas de tu Corazón vengo pues hoy, y llamo, y pido, y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo, y dame en cambio lo que sabes me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. Amén.
Aquí se rezará tres veces el Padre Nuestro, Ave María y Gloria, en recuerdo de las tres insignias, cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a Santa Margarita María Alacoque.
Día 24. Jesús, paciente y humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
Tú lo dijiste: Por la paciencia poseeréis vuestras almas... Felices los pacientes, porque ellos poseerán la tierra...
Por la paciencia corremos a la santidad, pues «la paciencia perfecciona las obras». Y por la paciencia se salvan las almas. La conversión de un mahometano le costó a San Pedro Claver veintidós años de paciente espera. «Las cosas de Dios, cuanto más contradicciones sufren, mejor resultan, con tal de que no desfallezca nuestra resignación y confianza».
La paciencia no florece sin la humildad. Somos impacientes porque fallamos en humildad. Tu Corazón, saturado de oprobios, nos enseña un camino: amar la humillación, aceptar el desprecio, y nos da fuerza para seguirlo.
Un «punto de honra» es lo que nos detiene. Es el deseo de agradar, caer bien, gozar de prestigio. Es «cadena que no hay lima que la quiebre, si no es Dios con oración, y hacer mucho de nuestra parte». Y el demonio se empeña en hacernos «entender que es obligado tener ese apego al punto de honra».
Jesús, dulzura y sencillez, humildad y paciencia brotan de Tu Corazón. No las recibimos si no se cruzan dos miradas: la Tuya y la nuestra. En el cruce de estas dos miradas se zurce la trama de las santidades más estupendas, porque de Tus ojos brotan para el alma torrentes de gracia. El cruce de estas dos miradas se hace tejido bordando las entregas más generosas.
Jesús, paciente y humilde de Corazón. Haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
DÍA 24 (24 de junio): Corazón de Jesús, traspasado por una lanza Reflexión (30 de julio de 1989) “Del Corazón atravesado de Cristo brota la Iglesia. Como del costado de Adán que dormía fue extraída Eva, su esposa, así - según una tradición patrística que se remonta a los primeros siglos -, del costado abierto del Salvador, que dormía sobre la cruz en el sueño de la muerte, fue extraída la Iglesia, su esposa. Esta se forma precisamente del agua y de la sangre, - Bautismo y Eucaristía -, que brotan del Corazón traspasado. Por eso, con razón afirma la Constitución conciliar sobre la liturgia: "Del costado de Cristo dormido en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera" (Sacrosanctum Concilium, 5)…"Junto a la cruz, advierte el Evangelista, se encontraba "la Madre de Jesús (Jn 19,25). Ella vio el Corazón abierto del que fluían sangre y agua - sangre tomada de su sangre -, y comprendió que ¿a sangre del Hijo era derramada por nuestra salvación. Entonces comprendió hasta el fondo el significado de las palabras que el Hijo le había dirigido poco antes: "Mujer, he ahí a tu hijo" (Jn 19,26): la Iglesia que brotaba del Corazón atravesado era confiada a sus cuidados de Madre”. Propósito: No hablar más de la cuenta, pensando en Jesús que se calla en la Pasión.
Jaculatoria: SABIDURÍA del Corazón de Jesús, conducid mi corazón.