Día 6: María, Madre, que formaste la familia de Nazaret: enséñame a hacer más cariñoso el ambiente
familiar.
Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.
Meditación: “Alégrate, la llena de Gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1,28). Gracia plena, es María; siempre estuvo llena de Gracia, por lo que no tiene mancha de pecado. Nunca se halló privada de la Gracia sobrenatural y santificante de Dios, pues Ella sería el Vaso Puro que llevaría al mismo Dios. Así se presentó en Lourdes como la Inmaculada Concepción, título que por Dogma la misma Iglesia le había reconocido.
Oración: ¡Oh María, Gracia plena!. Permítenos que nos alegremos con vos ya que el Señor te eligió y nos regaló tu Corazón, para que pongamos en El el nuestro como ofrenda al Dios Eterno. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Cómo debo guardar la pureza de pensamientos y de obras.
Pasionaria
Mes de mayo
Día 6
Isabel, llena del Espíritu Santo,acogió a Maria en su casa saludándola con estas palabras: "¡Dichosa Tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá"(Lc 1, 45).
No fue, pues, Isabel sino el Espíritu Santo quien dio testimonio de la fe de María.
Por encima de todas las virtudes y dones que adornan a la Virgen, Ella es ante todo la Virgen creyente, la Mujer de fe, la que se fía y confía plenamente en Dios, la que cree con fe firme en la Palabra de Dios.
Este es su rasgo principal, su virtud más profunda que posibilita después el resplandor de su esperanza y de su caridad ardiente.
La fe es la raíz que está plantada en Dios y se alimenta de su vida y de su Palabra. La esperanza es el tallo y la flor alimentados por la sabia de la fe. La caridad es el fruto dulce y jugoso que se manifiesta en actitudes y en obras de amor a Dios y al prójimo.
Es verdad que el don más alto recibido por María es el de ser la Madre de Dios, por pura gracia del Señor, por elección gratuita del Altísimo. Pero no es menos cierto lo que dice San Agustín, que María antes de haber concebido a Cristo en su vientre ya lo había engendrado en su corazón por su fe.
Todo es gracia de Dios en la vida de María, pero también todo en Ella es correspondencia plena a la gracia desde la fe.
La vida de María es un Sí permanente a Dios, pero un sí pronunciado no desde la visión de las cosas, ni desde la comprobación experimental o científica de las promesas. María responde desde la fe que no es consecuencia de la evidencia ni de la previa demostración de las cosas, sino consecuencia de la actitud filial que la lleva a confiar en Dios y a corresponderle con todas sus fuerzas y con todo su corazón.
La vida de María, transcurre toda ella en el "claroscuro" de la fe. Su Sí a Dios es pronunciado y renovado a lo largo de su vida en condiciones de profunda oscuridad, de dolor y sufrimiento, cuando la evidencia de los hechos parecen demostrar lo contrario a las promesas de Dios.
María es "peregrina de la fe" porque su vida es un ascenso constante hacia las cumbres de la confianza plena, de la donación personal, del abandono más absoluto en Dios aún cuando Ella está experimentando el vértigo existencial más profundo.
Jesús mismo, sin duda, se refiere a su Madre cuando exalta y llama bienaventurados a los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen.
María nos enseña con suavidad maternal que la fe es el tesoro escondido, es la perla preciosa enterrada en el campo y por lo que vale la pena venderlo todo y hacerse con el campo.
Fruto: la fe
6 de Mayo
Hoy, te pedimos dirijas tu mirada compasiva sobre tantas almas, que siguiendo la senda de la ignoran-cia, el error y la mentira, se hallan lejos de Dios y Su Iglesia. Virgen Fiel, protege nuestas familias y consérvalas fieles a la Doctrina Católica, sin concesiones al pensamiento mundano y sálvalas de caer en las garras del Maligno, padre de la mentira, y genio de la confusión, la duda y la sospecha.
Obsequio: Estudiar el Catecismo de la Iglesia Católica y evitar todo contacto con las modernas fuentes de la mentira en los medios de Comunicación.
Día 6: Nada podrá destruirla
Jesucristo, el Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad se encarnó en la Virgen María a través de su libre aceptación
Nuestra Señora de Fátima, o también conocida como Nuestra Señora de la Victoria, representada en muchas obras de arte magníficas, se muestra sosteniendo al niño Jesús que le ayuda a aplastar la cabeza de una serpiente que está lista para golpear su talón - con una cruz en forma de lanza.
Cumpliendo esta promesa, la Segunda Persona de la Trinidad se encarnó en María a través de su libre cooperación. Tal como señala San Juan Pablo en su Evangelium vitae:
"El consentimiento de María en la Anunciación y su maternidad se sitúan al principio del misterio de la vida que Cristo vino a otorgar a la humanidad. A través de su aceptación y cuidado amoroso por la vida del Verbo Encarnado, la vida humana ha sido rescatada de la condenación a la muerte final y eterna". (102)
El Santo Padre añade que ella es el "modelo incomparable de cómo la vida debe ser acogida y cuidada".
1.- Háblale a Jesús sobre María.
Jesús mío, me gusta orar a María, tu Santa Madre, ella me enseña con su manera de vivir, a ser dócil a tu Palabra, a tomarla en serio, y a dejarse guiar por ella; pero también María se presenta como una servidora, como una que sale a ayudar a su prima Isabel, cuando esta la necesita.
Así quiero ser yo, mi Señor y mi Dios, quiero ser uno que es dócil a tu Palabra y que sale de sí a servir a los hermanos que tanto necesitan de Ti.
Gracias por darme la oportunidad de ver a María y de aprender de ella, gracias por su amor de Madre y por todas las bendiciones que a través de ella, nos has dado a nosotros que la amamos y la descubrimos como modelo de discípulo que Tú nos has llamado a seguir.
Confío en tu compañía y en tu Bendición Señor, gracias por todo lo bueno que me das por ayudarme a ser cada día un mejor ser humanos.
Cómo mi madre María, me uno a sus eternas palabras de entrega que hacen y harán eco en nuestra historia de salvación: Hágase en mí según tu Palabra. Amén.
2.- Oración inicial
Santa María, ¡Madre de Dios y Madre mía! Eres más madre que todas las madres juntas: cuídame como Tú sabes. Grábame, por favor, estas tres cosas que dijiste:
"No tienen vino": presenta siempre a tu Hijo mis necesidades y las de todos tus hijos.
"Hágan lo que Él les diga": dame luz para saber lo que Jesús me dice, y amor grande para hacerlo fielmente.
"He aquí la esclava del Señor": que yo no tenga otra respuesta ante todo lo que Él me insinúe.
3.- Día 6: Nada podrá destruirla.
Un hecho extraordinario se produjo, en México, durante la mañana del 14 de diciembre de 1921, cuando la Basílica de Guadalupe se encontraba vacía de feligreses.
Luciano Pérez, un gigantesco obrero de la construcción, entró en la iglesia llevando un ramo de flores muy grande, proporcionado a su enorme tamaño.
De haberse encontrado en aquellos momentos algún observador en la basílica, quizá se hubiera sorprendido de que Luciano Pérez llevara el ramo con las dos manos y los músculos contraídos, dada la extraordinaria fuerza física que se le atribuía; tanta fuerza tenía, se decía, que le permitía arrojar con facilidad un ladrillo hasta el tercer piso de una casa en construcción.
En efecto, le pesaba tanto porque el interior del ramo contenía una pesadísima carga de dinamita.
Luciano Pérez, subió las gradas del altar y depositó a los pies de la Virgen de Guadalupe la ofrenda floral. Se marchó y poco después explotó la potentísima carga de dinamita.
El mármol de las gradas del altar quedó hecho añicos, los candelabros y objetos de metal se doblaron y retorcieron como si fueran de goma, todos los cristales se rompieron incluidos los de los edificios vecinos, pero el cristal de la Virgen de Guadalupe ni siquiera se agrietó:
"Este hecho no puede ser explicado científicamente, concluyeron los expertos".
¿Por qué Dios quiere estos hechos milagrosos? Para decirnos bien claro que la Virgen existe y que el amor de los cristianos hacia Ella nada podrá destruirlo.
Santa María, ya se ve que Dios tiene interés en dejarnos muy claro a los hombres que Él tiene una predilección grande por Ti. Es incapaz de negarte nada: por algo eres su Madre. Confío en Ti más que en nadie.
Ahora puedes seguir hablando amarla con tus palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final
4.- Oración final.
Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.
Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.
Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.
Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.
Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.
Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador".Amén.
DÍA 06
Virgen excelsa, ya sé que tú, siendo la Reina del Universo, eres también mi Reina. Por eso, de manera muy especial, me quiero dedicar a tu servicio, para que dispongas de mí como te agrade.
Te diré con San Buenaventura: Señora, me pongo bajo tu servicio para que del todo me moldees y dirijas. No me abandones a mí mismo; gobiérname tú, Reina mía. Corrígeme si no te obedeciera, porque serán para mí muy saludables los avisos que vengan de tu mano. Amén.
I. El lirio 1. Después de las rosas toda la gran familia de los lirios ocupa en nuestros jardines un lugar muy preferente, y de ella tomamos el que sobresale a todos ellos. Este sube recto hacia el sol, e inclina su cabeza cuando éste pasa. Su color es blanco, cándido y puro, y su fragancia tan fuerte, que el exceso ofende casi a un olfato débil, poco capaz y enfermo . II. La fe católica
2. El lirio es el emblema de la pureza del alma . Entiéndase por pureza, no la castidad, sino la que resulta de la unión del alma con su Dios. El alma es pura tanto más cuanto con mayor intensidad se une con la pureza misma, que es Dios, y fundándose esta unión en f e, esperanza y amor, la fe es el principio de su candidez: Fide purificans corda eorum. La fe hace subir y ele va el alma hacia Dios: sube rectificada por la contemplación de la verdad eterna, la mira, y en su presencia cubre su rostro e inclina su cabeza.
Dios, ser infinitamente perfecto, infinitamente bello y hermoso, atrae y roba la vista espiritual del alma; y la inmensa fragancia de sus atributos y perfecciones hace sentir al corazón humano la benéfica influencia de su presencia en él. ¿Qué cosa es fe? Cree y lo sabrás. Es una virtud sobrenatural, infusa en el alma por el Espíritu Santo, mediante la que el entendimiento dispuesto, curado, fortificado y corroborado por un don del mismo nombre entendimiento, percibe en sí las verdades eternas, las mira y las contempla, distingue lo verdadero de lo falso, lo bello de lo que es feo, lo revelado de lo que no lo es, y se adhiere firmísimamente y se une con Dios, belleza suma, que se le presenta vestido de toda la grandeza, esplendidez y magnificencia que la dan sus infinitas perfecciones. ¿Quieres saber qué cosa es fe?
Ama la verdad eterna, búscala, y hallada, únete con ella, y cuando la tengas, el inestimable y fuerte olor de esta hermosa flor te dirá qué cosa es ella; te lo enseñará práctica y experimentalmente, y entonces entenderás su definición. ¿Que no amas a Dios verdad eterna? La definición que se te dé sobre esta excelentísima virtud será para ti oscura. III. La fe en María
3. María tuvo fe en más alto grado que todos los Patriarcas y Profetas: creyó en Dios salvador, y su fe salvó a toda la raza de Adán, proscrita por la culpa. IV. El lirio en las manos de María
4 ¿Cómo está la fe en tu alma? ¿qué has hecho para formar en ti la verdadera idea de Dios? ¿cómo piensas de Dios? ¿cuándo piensas en Dios? ¿cómo miras a Dios?... ¡Ah! Cuida bien esta flor, tómala y ponla en manos de nuestra mística jardinera que conoce perfectamente su naturaleza, y dile:
Presentación del lirio a María
ORACIÓN. Madre de todos los creyentes, ayudadme en mi incredulidad. Yo creo todo cuanto cree y manda creer nuestra madre santa la Iglesia. Yo me obligo, yo me comprometo a fomentar y cultivar esta flor con santas meditaciones: yo propongo estudiar y meditar los misterios y las verdades que me propone la Religión. Yo prometo vivir firme en la fe católica, y guardarla pura hasta la muerte. Recibid, Señora, estos mis propósitos: aceptad esta flor y presentadla a Dios vuestro Hijo, verdad eterna.
EL ROSTRO DE MARÍA 6 DE MAYO
1.Saludo Si algo irradia, el rostro de María, es serenidad. El rostro de la Nazarena, para nosotros, es afable, importante, y convoca a la fe porque, simplemente, se abrió sin reservas a Dios y aceptó la maternidad de Jesús. Desde entonces, y han pasado muchos siglos, nuestros pueblos y ciudades, generaciones pretéritas y presentes de cristianos, la han visto como un modelo de referencia para vivir y compartir la misma fe en el Señor que, en María, fue sólida, profunda y verdadera.
¿Qué refleja el rostro de María? El deseo de ser Madre de Jesús ¿Qué nos dice a nosotros? Que, sigue tan vigente en Ella, como en aquel primer día, la indicación de Cristo: "ahí tienes a tus hijos" En este mes de mayo, nos acercamos a María, porque sabemos que su rostro es una fuente de felicidad que emana de su corazón: DIOS Cuando uno tiene a Dios en su corazón, la paz y la armonía, brota a borbotones. El rostro de María, en la Pascua, nos hace entender y comprender la alegría del Señor Resucitado.
Hoy, mirando a la Madre, tal vez escuchemos de sus labios: ¡ha merecido la pena sufrir por Cristo! Dejamos, ante su imagen, la flor de nuestro agradecimiento a María. Ella es Madre espiritual de todos los que queremos avanzar en el conocimiento de los sentimientos de Jesús, de su vida y del compromiso cristiano en medio del mundo.
2.ORACIÓN EL ROSTRO DE MARIA
Tu semblante, Virgen María, aún siendo pobre refleja riqueza
Tu rostro, Virgen y Madre, es libro abierto de gozo y de dolor
Tu semblante, Virgen María, es compendio de esperanza y de optimismo
Tu rostro, Virgen y Madre, es dulce por estar tocado por la mano de Dios
Tu Semblante, Virgen María, ahonda en las raíces profundas de tu corazón
Tu rostro, Santa María, es surtidor que salta desde lo más hondo de tus entrañas
Tu semblante, Madre nuestra, es llamada a reservar un espacio para Dios
Tu rostro, Virgen y Madre, es pantalla de lo que vive tu corazón
Tu semblante, Madre del pueblo, es fidelidad de tu relación con el Padre
Tu rostro, Santa María, nos lleva a mirarnos menos a nosotros y más al Creador. Sí; Santa María. No dejes de mirarnos, ni mucho menos de guiarnos, con la delicadeza y profundidad de tu santo rostro. Amén.